Unas nubes apenas
De todo un poco, como en botica. Apuntes medioseculares, donde, por hablar, se habla hasta del gobierno. Este blog cuenta con la bendición de los siguientes santos: San Woody, San Humphrey, San Frank McCourt, Santa Almudena, Grande de España, patrona de los canadienses, y Santa Dorothy Parker. Borrachos y borrachas de sombra negra, abstenerse.
De un tiempo a esta parte, desde cuando aquello, me refugio en el lado amable de la vida. Mantengo conversaciones intrascendentes, doy paseos por la naturaleza, leo y veo películas o series. Acabo de terminar The Cazalets, la historia de una familia de clase media alta de Sussex, Inglaterra, durante los años cuarenta del pasado siglo. Salvo uno de los tres hermanos, un seductor canalla y sin escrúpulos, la larga saga de parientes rezuma sensatez y solidaridad. Me reconfortan el paisaje de la campiña, los rostros amables de gentes a quienes la vida ha situado en una cómoda atalaya desde la que mirar con condescendencia al resto de los mortales. La serie adolece de un notable acriticismo, lo sé, es una perspectiva ilusa, con criados agradecidos y amos caritativos, pero aun así le reconozco el mérito de lo bien acabado, del traje bien cosido. La maldad del hermano descarriado realza la bondad del resto de los personajes, es el contrapunto perfecto para resaltar la blancura sin tacha del resto. Es posible que me esté volviendo un viejo ñoño. Me sigue resultando extraño ver las series sin ella. Estoy seguro de que le habría gustado este melodrama.