Blog de Juan Fernández

De todo un poco, como en botica. Apuntes medioseculares, donde, por hablar, se habla hasta del gobierno. Este blog cuenta con la bendición de los siguientes santos: San Woody, San Humphrey, San Frank McCourt, Santa Almudena, Grande de España, patrona de los canadienses, y Santa Dorothy Parker. Borrachos y borrachas de sombra negra, abstenerse.

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Lugar: Madrid, Spain

viernes, enero 18, 2019

Homófobo


El pescadero, desde su atalaya, otea el horizonte y descubre su presa. No sabe que es un homófobo, porque desconoce el significado de esta palabra y porque hacer chistes sobre maricones le parece el deporte nacional. Se pone contento cuando se le acerca alguien que él cree que es uno de ellos. Se apresura a informar a sus compañeros, para que disfruten adecuadamente del espectáculo. Con la clientela como espectadora invitada, interpela a la víctima, tirando de tópicos y clichés, para que todos sepan a quién se está refiriendo. Está acostumbrado a tener éxito, es su especialidad. El pescadero se siente orgulloso de su hombría y virilidad, y le parece de una justicia elemental mofarse de quien no se ajuste a su código. Por no saber, no sabe siquiera si su víctima propiciatoria es o no homosexual, pero él ha vislumbrado en su pose o en su voz el dato irrefutable: el cliente es un mariquita y hay que castigarlo. Lo de menos es la humillación de la víctima, el ataque gratuito y cruel a su dignidad, cómo se pueda sentir ante algo así. El pescadero cree que es una buena persona, porque seguramente trata bien a su mujer y a sus hijos, si los tiene, y es muy apreciado por sus compañeros y amigos. Pero su víctima, que soy yo, quiere decirle que no lo es. Que hace falta ser muy miserable y canalla para querer crecer a costa del otro. Y por cierto, quería decirle también, para su conocimiento, que no, que no soy homosexual. Pero que a mí no me importa si él, en su fuero interno, lo es.

lunes, enero 14, 2019

Horizonte de sucesos

Aquí estamos, tratando de vislumbrar el horizonte de sucesos del agujero negro que todo lo engulle. Muchas gracias, Javier, por invitarme a la observación. Un placer, pese al intenso frío.

jueves, enero 10, 2019

Machos alfa

El macho alfa no ha leído nunca a Huxley. Ni falta que le hace. Suelta verdades como puños, no tiene pelos en la lengua, ni complejos, ni escrúpulos, habla sin ambages, llama al pan, pan, y al vino, vino. El macho alfa no duda, no pregunta, no argumenta, no rectifica. Lleva razón por decreto. Tiene respuestas fáciles para problemas complejos, todo lo arregla en un santiamén, con un poco de mano dura, si hace falta. Rechaza los impuestos, el cambio climático, el evolucionismo y las estadísticas. No se arruga, es echao p’adelante, lo intenta por las buenas pero, llegado el caso, si hace falta, resuelve el asunto por las bravas. Llama a las cosas por su nombre: maricón, bollera, moro, negro, panchito, rojo, subnormal, zorra. Es hombre de fe, la de toda la vida, antes de que llegaran por tierra, mar y aire los descendientes de los que expulsamos de estas tierras hace siglos. Y es un patriota a carta cabal, exhibe con orgullo su bandera y se le hincha el pecho cuando suenan las notas del himno, duros, sí, pero no de piedra. Es devoto de la tradición, las procesiones, las corridas de toros, la caza, el boxeo, la legión y de los chistes de gangosos, cojos y tartamudos. Si buscan alguno, están de enhorabuena: este año se espera una magnífica cosecha.