Michael Robinson
Si las patrias fuesen electivas, yo sería de la patria de Michael Robinson. A falta de himnos y banderas, sus rasgos identitarios serían el talento discreto, la cordialidad sin límites, la capacidad de reírse de uno mismo, la generosidad permanente, la naturalidad, la modestia auténtica, el humor no hiriente, la sonrisa abierta, la inteligencia sinérgica, la bondad y la empatía. Nunca llegué a tratarlo personalmente, pero siempre supe que este guiri genial era uno de los nuestros. Como probablemente él diría, con su acento inconfundible: Qué putada que te hayas muerto, amigo.