El verdadero patriotismo
Una de los escasos beneficios de esta pandemia es que, salvo para los alérgicos a la evidencia, ha colocado a cada cual en su sitio. Parece que no han sido con banderas ni con himnos a todo pulmón como se está combatiendo este letal virus, sino con el trabajo heroico del personal sanitario, jugándose la vida, en unas condiciones penosas. A su lado se halla un batallón silencioso pero imprescindible: los trabajadores de supermercado, los transportistas, las fuerzas de seguridad, la prensa, las residencias de ancianos y un largo etcétera. Pero sin duda, los que están en primera línea, sufriendo el impacto directo e inmisericorde del coronavirus, son quienes le hacen frente en clínicas. Resulta que el patriotismo consistía en eso.
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