Punto final
Este blog arrancó hace ya casi dos años con la intención de registrar, a modo de dietario, un año de mi vida, de modo que ha gozado de una prórroga inesperada, no sé si merecida. Cuando nació, era un blog intimista, con no más de cinco lectores asiduos, Gabriel y Anabel entre ellos; al morir, deja una media próxima a los 30. No está mal, aunque esa cifra hable más de la extrema generosidad e indulgencia de mis amigos y conocidos que de su calidad literaria o humana.
Si algún mérito puedo atribuirme es el de haber sido capaz, incluso en momentos de quiebra sentimental, de mirar la cara amable de la vida y no permitir que las sombras lo tiñesen de luto. Me consta que el blog ha hecho reír y llorar de felicidad a algunos lectores (más bien lectoras). Sólo por eso ha merecido la pena.
Lo echaré de menos, me costará, por ejemplo, no registrar la última genialidad del mítico Seballos (hoy mismo, tras conseguir ser el fiscal en un juicio en clase, me pregunta: profe, ¿qué es un fiscal?) o hablar de los últimos libros leídos o películas vistas, como la formidable En el valle de Elah. Pero ahora, en el quicio de Febrero, son otros asuntos los que me reclaman. REM lo dice en su canción, que dejo como testamento literario: ya he hablado demasiado.
Cualquier noche puede salir el sol; cualquier día puede sonreír Buster Keaton.
Buenas noches y buena suerte.
Si algún mérito puedo atribuirme es el de haber sido capaz, incluso en momentos de quiebra sentimental, de mirar la cara amable de la vida y no permitir que las sombras lo tiñesen de luto. Me consta que el blog ha hecho reír y llorar de felicidad a algunos lectores (más bien lectoras). Sólo por eso ha merecido la pena.
Lo echaré de menos, me costará, por ejemplo, no registrar la última genialidad del mítico Seballos (hoy mismo, tras conseguir ser el fiscal en un juicio en clase, me pregunta: profe, ¿qué es un fiscal?) o hablar de los últimos libros leídos o películas vistas, como la formidable En el valle de Elah. Pero ahora, en el quicio de Febrero, son otros asuntos los que me reclaman. REM lo dice en su canción, que dejo como testamento literario: ya he hablado demasiado.
Cualquier noche puede salir el sol; cualquier día puede sonreír Buster Keaton.
Buenas noches y buena suerte.