Madrid central
La abstrusa medida del nuevo ayuntamiento madrileño escapa a la inteligencia y repugna a la moral. El desprecio que muestra Almeida y su equipo a la salud de los ciudadanos, la impermeabilidad a la cordura y al sentido común, del que tanto alardean, es infinito. Uno compara la situación de las principales ciudades europeas (los mil quinientos kilómetros cuadrados de Londres, por ejemplo) con la tímida extensión del Madrid central, y comprobar como pese a todo, el nuevo equipo municipal, muestra esta cerrazón, mueve a partes iguales a la rabia y a la depresión. Almeida es muy libre de aprobar las medidas, por disparatadas e irracionales que sean, que le vengan en gana. Pero también yo soy libre de, con reversiones o sin ellas, prometer que seguiré actuando como si Madrid central continuara vigente y respetar los actuales límites. Moratoria no, gracias.