¿Notre Dame?
La fatal combinación de una estructura obsoleta y un irresponsable proceder ha estado cerca de provocar la destrucción del edificio, del que a duras penas se han salvado la fachada y las torres, merced a la eficaz actuación de unos expertos profesionales. No faltaron las simplistas y disparatadas consignas de ilustres ignorantes que aconsejaban medidas tan drásticas y rotundas como contraproducentes, que fueron felizmente desechadas. Es la hora de la reconstrucción. Será necesario armarse de paciencia y de coraje, hacer una sabia elección de arquitectos y materiales y una adecuada financiación. ¿Hablo de Notre Dame? También.