Una muerte ridícula
En plena clase de Literatura Universal, subo de golpe la pantalla y todo el montaje se viene abajo de golpe, con gran estrépito, cayendo a plomo a escasos centímetros de mi cabeza. No puedo por menos que evocar el título de Def Con Dos, Pánico a una muerte ridícula. Puedo imaginarme mi funeral como funcionario caído en acto de servicio: doña Aguirre y doña Figar mandarían al inspector de zona para que como en la famosa escena de Vértigo se cerciorara debidamente de que no era un hábil ardid para tomarme unos años sabáticos y un alumno, preferentemente no mouriñista, daría un paso al frente para leer, como homenaje póstumo, el Romance sonámbulo de Lorca, y nada más escuchar el primer verso con su formidable epanadiplosis, Verde que te quiero verde, el inspector mandaría llamar a las fuerzas del orden público para que disolviera la concentración de los deudos por propaganda indebida de la escuela pública. Eso sí, habría sido una muerte ridícula, allí, a plena luz del día, ante un puñado de somnolientos bachilleres.
6 Comments:
Es lo que tiene la vida: que te puedes morir en cualquier momento. ¿Cómo sería el epitafio? ¿"Caído en acto de servicio bajo los adminículos de proyección"?
Si está visto que entre las huelgas y las bajas de efectivos, acabaran con superávit en educación.
Se quedaran sin maestro pero ¿ y lo mucho que se han reído?
Otra cosa ¿teneís enfermero en el cole? jejejeje podrían ser muy útiles en estos casos jejejejeje.
Por poner unos puntos (sobre las íes) ;-)
Mares, no nos iría mal un enfermero. Anónimo, mejor morir en acto de servicio que no en un acto en los servicios.
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