The Artist
Abandonen sus prejuicios, olviden sus hábitos, permítanse un viaje al mundo de sus sueños, crucen la frontera hasta ingresar en un país incontaminado, atraviesen el espejo, déjense transportar a un universo donde la ternura, la redención a través del amor, la compasión, no solo no son valores periclitados, sino que cotizan al alza, prescindan del verbo y dancen con el espíritu de la inocencia, a merced de unos acordes prístinos y reconfortantes, saboreen todos los matices del gris, ese color tan vilipendiado, embriáguense de belleza, despójense de los oropeles de la acuarela cromática, rescaten a la buena persona que llevan dentro, limen sus colmillos, abandónense y disfruten, disfruten, disfruten... con secuencias majestuosas, sublimes, como el diálogo en forma de danza, la del abrazo reflexivo en el camerino o la del entramado de escaleras en el estudio cinematográfico, por citar algunas.
P.S. A mi anónimo parisino le encantará saber que, sí, en efecto, cuando llegué a la sala de cine, Manuel Vicent estaba (otra vez) allí.
P.S. A mi anónimo parisino le encantará saber que, sí, en efecto, cuando llegué a la sala de cine, Manuel Vicent estaba (otra vez) allí.
3 Comments:
Dime que en ésto no tiene nada que ver Doña Aguirre y sus recortes que comenzamos con el cine en blanco y negro y me veo bailando pasodobles en la plaza del pueblo
Ay Señor,señor, llévame pronto!
El blanco y negro tiene su aquel. Juan
Hoy la he visto.
¡MARAVILLOSA!.
Una recomendación de diez.
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