Verdad y realidad
Si algo aprende uno con el discurrir de los años (y el ensanchar de la próstata) es que la verdad es como un guante de látex, que cada cual se ajusta a su antojo, y la realidad como un calcetín, al que siempre se le puede dar la vuelta (bajo el zapato, nadie ve las costuras). Claro que no falta quien utiliza el guante no para darte precisamente la mano y a quien no le vendría mal cambiarse de vez en cuando de calcetines, porque como algunas supuestas verdades, apestan.
3 Comments:
Para mí la realidad es como la caja de Pandora y lo mejor que podemos hacer es mantenerla cerrada para que no se escapen todos los males que cohabitan entre tan pocas bondades.
La verdad, el ojo de la cerradura por donde vislumbrar atisbos de lejana esperanza sin aspirar a rescatarla.
Muy poético, Penélope.
bufff, si que apestan, si. Lo más gracioso es que el tufillo llega a gustar y, nauseabundo o no, es nuestro tufillo.
En cuanto a la verdad, todo depende del cristal con que se mire, ¿quién no tiene alguna dioptría que otra?
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