Four lions
Película desconcertante donde las haya, rodada con un presupuesto muy limitado y con una técnica más próxima a los vídeos caseros que a una película profesional. Descubrirse a uno mismo (y al resto de la sala) riendo a mandíbula batiente mientras un tipo en la pantalla salta por los aires, genera ciertamente una intensa contradicción interna, pero sirva en nuestro descargo decir que los gags, aunque macabros, funcionan con la precisión de un metrónomo. En la línea de Billy Wilder o Roberto Begnini, Christopher Morris también se atreve a contar en clave de comedia una realidad trágica y de plena actualidad. No me parece una obra maestra, pero sí digna y original. Eso sí, aunque uno se repite que no hay que andar por la vida con miedo o prejuicios, no quité ojo de la puerta de entrada y, a dios pongo por testigo, que de haber entrado un tipo de luenga barba vestido con una chilaba blanca, vientre voluminoso y mirada aviesa, habría puesto pies en polvorosa de inmediato.
3 Comments:
¿Y estaba Manuel Vicent entre el público?
Pues no te vi. Mira que lo siento. Manuel Vicent
Vicent anda por Grecia. Juan
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