Ocupar las aulas
Nicholas D. Kristof, en el New York Times, lo explica con la elocuencia que lo caracteriza: invertir en educación permite la movilidad social, crea sociedades más justas y democráticas, permite un ahorro sustancial en policías, prisiones y gastos sanitarios, facilita la convivencia y genera una atmósfera más respirable. Estamos en un tiempo de contrarreforma, en el que en nombre de la libertad se está asesinando la justicia (y la verdadera libertad, claro). Unos cuantos románticos, enfundados en sus camisetas verdes, se niegan a dar la batalla por perdida, por fuerte que sea el huracán e insoportable el hedor. En situaciones así, me acuerdo de mis viejos amigos Claudio y Eusebio, con quienes tuve el honor de compartir muchas conversaciones en Barcelona, durante mis veranos laborales en una fábrica de leche. Durante dos interminables años, los enviaron a la sala de la leche putrefacta, para lograr que se fuesen. Aguantaron. Años después, los mismos directivos que los habían castigado, acudieron a ellos buscando asesoramiento sobre las compensaciones a recibir por el cierre de la empresa. Verde que te quiero verde.
3 Comments:
Respecto a lo que dices sobre prisiones, ya nos dijo Pitágoras
"Educad a los niños y no será necesario educar a los pobres"
En efecto, Penélope.
"Mucha gente pequeña, en muchos lugares pequeños, harán cosas pequeñas que transformarán el mundo"
Leo Buscaglia
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