Fin de fiesta
El añorado Jacques Tati rodó una película, su primer largometraje, basada en un día festivo en una aldea francesa. Me temo que las fiestas que ahora acaban de concluir guardan solo un remoto parecido con ese concepto de lo festivo. Más bien me recuerdan a un experimento realizado en los Estados Unidos a mediados del siglo pasado. Se contrató a varios voluntarios cuyo cometido consistía en ir aplicando sucesivas descargas eléctricas a otros voluntarios situados en una sala contigua cada vez que fallasen la respuesta a una pregunta. En cada ocasión había que incrementar la potencia de la descarga, preguntándose los investigadores cuántos serían capaces de llegar hasta las últimas consecuencias, en este caso los 450 voltios, una cantidad letal. Pese a los crecientes gritos y lamentos de los receptores, un 60% accionó la palanca con la cifra mortal. Afortunadamente, los supuestos receptores de las descargas eran unos actores que fingían el sufrimiento. El experimento me hace recuperar parte de mi confianza perdida en el ser humano. He asistido personalmente a reuniones en las que algunos de los presentes hubieran empezado por aplicar directamente los 450 voltios. Todavía queda un margen para la esperanza. Feliz fin de fiesta.
3 Comments:
Por fín todo terminó! El lunes a trabajar.
Los 450 voltios dejaron su huella irreparable en el contorno de mi cintura y en mi perímetro emocional.
Tu entrada me recordó ese anuncio televisivo en el que reunidos los miembros de una familia alrededor de una gran mesa navideña,van pidiendo uno a uno sus deseos.
Un niño pide sinceridad y ahí llegaron los problemas.
Feliz fin de fiesta.
Ah, los perímetros emocionales...
Surt de la foscor,
una balada de llum,
un bri d'esperança.
La esperanza nunca muere, es lo que nos mantiene simpre alerta y con gans de seguir confiando en la gente.
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