Pongamos que hablo de Berlín
No me queda más remedio que intervenir, aunque sea por última vez, profe, pero tengo dos buenas razones para hacerlo. La primera por alusiones: ese friki que me llama consejero áulico, que ya son ganas de tocar los cojones. Y la segunda es que esto parece una revista de esas que no compra nadie, ni para envolver el bocata. Te pones tan sensiblero, hombre, tan predicador, que me asombra que tengas algún lector. Cuenta lo de Berlín, cuando te regalaron un vale para comer gratis nada menos en la Kürfurstendamn, tío, y tú, para contestar al tipo que te hablaba en alemán, soltaste una de tus paridas, I'm just Spanish, sólo soy español, te partes, y le hiciste gracia, ya ves, y la conversación acabó enredándose, se disculpó el hombre por el pasado alemán y tú, para no ser menos, le hablaste de Franco y el fascismo, y el tío era tan simpático que se interesó por tu trabajo, y al oír que dabas Lengua y Literatura en Secundaria te preguntó que si escribías algo, y tú, claro, no ibas a dejar pasar la oportunidad, le hablaste del premio José Coronado ese, y como no entendía lo de Coronado tú dijiste lo de crown, royal crown, y no sabes cómo pero le dijiste también que habías sido vecino de la princesa Leticia Ortiz, mimo barrio, the same quarter, y el hombre parecía impresionado de veras, un premio real y una vecina real, y te llevó como una reliquia adonde sus amigos, y salió el jefe, hombre, en persona, y ordenó que te pusieran sendos platos típicos, y cerveza, mucha birra, Berliner Pilsen, y a esas alturas era imposible desfacer el entuerto, cada palabra tuya era escuchada con reverencia, lo nunca visto, y habrás visto cómo un país en el que el 93% de los chicos van a la escuela pública puede funcionar tan maravillosamente, calles limpias, hasta los mendigos derrochando buenos modales, los metros ya no puntuales, sino anticipándose al horario previsto, y qué parques, el Tiergarten ese que te atravesaste a solas ya de anochecida, un poco temerario, vaya, y qué centros comerciales, el KaDeWe, impresionante, cuenta cosas así, profe, que si no el liblog este no le va a interesar a nadie, hombre, perdona que te diga. Y con el friki ya hablaré en privado. Sé adónde va en los recreos.
7 Comments:
Esta revista la lee mucha gente. En mi centro, un colegio rural de primaria, la leemos diariamente y de forma colectiva. Siempre acabamos haciendo algunos comentarios entre nosotros, pero no nos da tiempo a escribirlos porque las clases nos reclaman. Somos pocos y no disponemos de horas libres.
Gracias, de verdad, pero si por un solo momento creo que este divertimento tiene algún valor, me entra el vértigo y me bloqueo, de modo que prefiero seguir pensando que no me lee casi nadie. Y os animo a dejar vuestros comentarios, hay algunos que son formidables.
Como este
Una de dos, o la página no funciona bien o mi ordenador se ha vuelto loco. Estoy intentando dejar mis comentarios y luego no aparecen por ninguna parte.
Creo que es justo que sepas que entre tus lectores tienes un alumno, uno de esos de los que sólo conoces su nombre porque la rigidez de nuestro sistema educativo actual se ha encargado de que no pueda asistir a clases presenciales. Gracias a él conocí este blog y la sonrisa.
También es justo que sepas que siente una gran admiración por ti como profesor y ello le ha motivado hasta el punto de convertir tu asignatura en la más importante para él.
Entenderás que no revele su nombre, porque según él sería "hacerte la pelota".
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Me temo que ni este liblog ni yo mismo somos ejemplares, como las novelas cervantinas. No pretendo ser un modelo para nadie y, francamente, arrancaría algunas páginas de mi pasado. Y aunque el sistema escolar que me tocó sufrir como alumno me parecía infumable, siempre tuve a profesores aislados que sí se ganaron mi admiración y, lo más difícil, mi presencia física en sus clases.
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