Blog de Juan Fernández

De todo un poco, como en botica. Apuntes medioseculares, donde, por hablar, se habla hasta del gobierno. Este blog cuenta con la bendición de los siguientes santos: San Woody, San Humphrey, San Frank McCourt, Santa Almudena, Grande de España, patrona de los canadienses, y Santa Dorothy Parker. Borrachos y borrachas de sombra negra, abstenerse.

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martes, septiembre 09, 2008

El buen profesor

La primera premisa para ser un buen profesor es no creer que se es un buen profesor. Un antiguo compañero (no en mi actual instituto, por supuesto) cuya manera de caminar, gesticular, hablar, mirar, denotaba a las claras lo encantado que estaba de haberse conocido, fue enjuiciado de forma lapidaria por un grupo de antiguos alumnos con quienes me topé en una cafetería, años más tarde: es un gilipollas. Tomemos los ejemplos de Unamuno y Antonio Machado. El primero llegó a ser rector de una universidad prestigiosa, la de Salamanca, y escribió varios ensayos supuestamente profundos acerca de la inmortalidad y el ser; el segundo fue un profesor de instituto ambulante, que sufrió las chanzas a veces inmisericordes de sus alumnos y que nunca obtuvo en vida ningún galardón de postín. Tras la entrega de un importante premio, Unamuno replicó: me lo merezco. Sin embargo, no conozco a nadie que sea lector habitual de este emperingotado filósofo, mientras que son legión quienes siguen leyendo al bueno de don Antonio. Mi mejor profesor fue Eladio, especialista de Griego, de quien jamás olvidaré la sonrisa descreída y el andar cansino con que entraba en el aula. A diferencia de esos profesores insufribles que jamás dudan, nada se cuestionan, se limitan a ungirnos con su sapiencia, día tras día, con voz de púlpito, Eladio parecía balancearse continuamente sobre la cuerda de la cultura, como un funámbulo sin red debajo. Esto es así, pero también podría ser de otro modo, venía a decirnos. Loada sea la duda, proclamaba Bertolt Brecht. Y tenía razón: la duda es la huella de la inteligencia. Y de la decencia moral, me atrevería a añadir.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Crec que no existeix un criteri clar de veritat, com ja va explicar Descartes, i que el dubte és una prova que la raó s'imposa. No dubtem per dubtar, ho fem per a trobar-li un millor fonament a la raó.
Vale, pare ja, que estic entrant en terreny perillós i posant-me molt filosòfica. Ho sento.

16:55  
Anonymous Anónimo said...

El dubte és el meu acompanyant nocturn, no hi ha forma de que m'abandone, però en cap moment em condueix cap a la raó.

23:47  
Blogger Ireth said...

Como aquel profesor de Física, catedrático de electromagnetismo y Príncipe de Asturias, el cual, con su aire desgarvado, sus aportes filosóficos sobre Platón y Aristóteles entre otros, su despiste rutinario y sus múltiples conocimientos que llegaban a lo transcendental del universo, consiguió, a duras penas, ganarse a unos pocos seguidores que reconocerán su gran talento y bondad. No todo el profesorado universitario o de cualquier índole está dotado de las características tan carismáticas para ser un buen profesor. Sin duda creo que Juan Fernández ocupa uno de los puestos principales en este pequeño espacio de selección natural.

18:35  

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