Desapuntando
No sé si a bueno o malo, pero el blog llega hoy a puerto, y quisiera hacerlo sosegadamente. Con él, con el blog, ambicioso e inconsciente como soy, pretendía algo con toda seguridad no insólito, pero sí infrecuente: que quien hablase sobre educación fuese alguien que trabaja en ella no desde torres de marfil sino en el campo de batalla. Pretendía asimismo incorporar los comentarios de los lectores, ir modificando el rumbo estilístico y temático en función de la dirección en que soplaban aquellos. Toda singladura tiene sus riesgos y contratiempos. Hay quienes se han ofendido ante lo que no eran sino apreciaciones generales, sin particularismos, dándose por aludidos y haciendo del caso un agravio imperdonable. Qué le vamos a hacer. este bendito país está lleno de sansebastianes. Y quienes, en el otro extremo, además de aludir de pasada a mi precario equilibrio mental, me han confesado que se han reído en algunos pasajes. De todo el reparto que forma parte del rodaje educativo, los únicos a quienes respeto y en muchos casos admiro son mis compañeros de profesión y los alumnos. Puedo discrepar en algunas ocasiones, mantener encendidas polémicas (nunca fui un modelo de diplomacia florentina), discutir, dejar de hablarme durante un periodo, pero sé que unos y otros están en las mismas trincheras que yo. Quería dejarlo claro, por si alguien se ha llamado a engaño. Y sobre la educación en general, acabaré diciendo que, de mediar el propósito, no es preciso ser catedrático de ciencia infusa para mejorarla. De entrada, a los profesores habría que dejar de tratarles como menores de edad. Si alguien conoce el paño, son ellos, que lo usan a diario. Sorprende la marginación que sufrimos, los docentes, a la hora de elaborar cualquier plan educativo. Por poner un ejemplo, me recuerda a la contradicción escandalosa de la iglesia católica: si todos fuéramos consecuentes con su doctrina, adiós familia (los curas no se casan) y adiós sexo (se supone que son célibes). Es decir, pontifican sobre dos campos, el familiar y el sexual, sobre los que en teoría no solo carecen de experiencia alguna, sino que con su proceder contribuyen a eliminar de la faz de la tierra. Algo similar ocurre con la enseñanza. Tipos que jamás han puesto los pies en un aula deciden cuáles son las mejores recetas, todo ellos utilizando un lenguaje pomposo, intrincado y críptico, carente las más de las veces de significado alguno. Y luego están los políticos. Retóricas también al margen, ninguno de ellos está verdaderamente interesado en esta cuestión. ¿A quién le interesa invertir en algo cuyos resultados se verán a medio o largo plazo? En cambio una autovía, hombre, es mucho más vistoso y telegénico, y permite además ver al mandamás de turno en el numerito de las tijeras, la cinta, y el declaro inaugurado este pantano. Tampoco consentirían ese híbrido vergonzante de las escuelas concertadas: fondos públicos, gestión privada. En muchos países señeros no existen. En países tan poco sospechosos como Alemania o Canadá, más del 90% del alumnado acude a la escuela pública, y no parece que les vaya mal. Pero aquí sufrimos una mezcla explosiva: políticos zafios, populistas e inmorales, unas clases medias (y vuelvo a generalizar) carentes de solidaridad alguna, ávidas de distinción, ventajistas sin escrúpulos, cretinos sin fronteras que se parapetan en los despachos para impartir sin pudor consignas y mantras al albur, la propia iglesia, hombre, tan en las antípodas de sus principios cristianos de caridad, justicia y perdón, y el atraso secular, el puto atraso de un país que ha perdido todas las guerras civiles y que cree que porque ahora usa un buen papel de fumar para cogérsela ya es alguien, cuando lo cierto es que seguimos llevando la misma boina de paletos que llevamos desde Viriato, con algunas excepciones que por lo general han acabado siendo fusiladas contra las tapias de los cementerios o enviados al ostracismo.
PS.- Gracias por su tiempo y sus comentarios. En lo sucesivo, este blog, que nunca debió abandonar el Misisipí, volverá a tratar de películas, libros y exposiciones.
PS.- Gracias por su tiempo y sus comentarios. En lo sucesivo, este blog, que nunca debió abandonar el Misisipí, volverá a tratar de películas, libros y exposiciones.
4 Comments:
Mira que prompte ha trobat la explicació al fracàs escolar Mercedes Cabrera. Segons ella en els últims anys ha estat molt fàcil per als jovens trobar treball i es queda tan fresca soltant afirmacions com aquesta:“Si un joven tiene un sueldo y un trabajo, hay más probabilidades de que deje de estudiar”
Pel que fa al que dius en la entrada sobre abandonar el Misisipí, no entenc molt bé el que vols dir. Jo sempre he gaudit molt llegint aquest blog, em sembla molt interessant. M'agraden molt els teus escrits al voltant de llibres films i esposicions, però això no vol dir que el que ens has regalat en aquests apunts, no siga meravellós.
Creo que lo que le pasa a nuestro trabajo como docentes queda reflejado muy bien en esta poesía de Ángel González:
PARA NADA
Trabajé el aire
se lo entregué al viento:
voló, se deshizo,
se volvió silencio.
Por el ancho mar,
por los altos cielos,
trabajé la nada,
realicé el esfuerzo,
perforé la luz
ahondé el misterio.
Para nada, ahora,
para nada, luego;
humo son mis obras,
cenizas mis hechos.
...Y mi corazón
que se queda en ellos
Lo del Misisipí es una metáfora, claro. Todos tenemos algún Misisipí que nunca debimos abandonar. Gracias por tus elogios.
No son elogios, sólo digo la verdad. Si lo consideras un elogio, estás en deuda conmigo. Ya me debes dos cafés.
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