Blog de Juan Fernández

De todo un poco, como en botica. Apuntes medioseculares, donde, por hablar, se habla hasta del gobierno. Este blog cuenta con la bendición de los siguientes santos: San Woody, San Humphrey, San Frank McCourt, Santa Almudena, Grande de España, patrona de los canadienses, y Santa Dorothy Parker. Borrachos y borrachas de sombra negra, abstenerse.

Mi foto
Nombre:
Lugar: Madrid, Spain

domingo, septiembre 21, 2008

Currículum escolar II

Hombre, a mí me hubiera gustado ser como uno de tantos conocidos que se las han ingeniado para no alzar jamás la voz contra el orden establecido, no rebelarse jamás contra los directores, ni como alumnos ni ya como profesores ellos mismos, tener el riñón bien forrado, con una buena paga que me permitiera conocer mundo, vestir de trapillo, con la indumentaria de reglamento progresista, cultivar una estética decadente, marginal, fumarme un porrete a la salud de los colegas y arreglármelas a la vez para exhibir una estampa impoluta de revolucionario de pro, con auténtico pedigrí. Ah, si hubiera aprendido a escupir a barlovento, como le enseñaba John Silver el Largo a Jim, otro gallo hubiera cantado. De haberlo sabido antes, habría logrado algo tan inaudito como el mítico acceso directo en Magisterio, que te proporcionaba un puesto de trabajo sin pasar por el engorroso trámite de las oposiciones, pero esta insana costumbre de hablar cuando no debo, esta crónica incontinencia verbal, hizo que algunos profesores me diesen un aprobado raspado que dio al traste con la nota media. Bien es verdad que hubo algún profesor que se batió el cobre por mí en la junta de evaluaciones, pero la proporción entre unos y otros era similar a la del electorado de la Comunidad de Madrid, para entendernos. El caso es que en aquellos tres años aprendí a sobrevivir una semana a base de galletas, un mes a base de lentejas, a dejarme caer por los pisos de los amigos casualmente a la hora de la comida (y aceptar a regañadientes que me pusieran un plato), a viajar haciendo autostop (y a bajarme apresuradamente cuando descubría que algún conductor pretendía ir más allá de una amena conversación), a saquear el fondo común del grupo con el que viví mi primer año, para compensar a un ciego del Metro a quien le jugué la mala pasada de dar un pisotón al suelo cuando llegué a su altura para comprobar si se ponía a cantar automáticamente (tener que explicárselo a mis compañeros de piso, cuando vieron las arcas vacías, ha sido una de las experiencias más duras de mi vida). También aprendí que el amor a veces nos puede librar de una buena tunda. En una de las muchas manifestaciones (me había convertido en un manifestante profesional) a las que acudí, en compañía de mi inseparable Gildo, dejé a éste poco antes del final del recorrido, por una cita con la chica del vestido negro ajustado. Al día siguiente vi a Gildo con las manos en la cabeza, escoltado por dos policías, en la portada del periódico. Pasó tres días en los calabozos de la comisaría, recibiendo una generosa dosis de tortura, antes de que yo lograse reunir el dinero de la fianza.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hi ha una dita popular que considere molt acertada que diu que som el que som perquè forem el que forem.
SOMOS LO QUE SOMOS PORQUE FUIMOS LO QUE FUIMOS.

19:43  

Publicar un comentario

<< Home