Regreso
Uno acaba regresando al lugar del que partió pensando que nunca más volvería. No se trata de un lugar físico, aunque también, sino una manera de estar en la vida. Si algún mérito tiene La silla vacía es su autenticidad. Si Flaubert se permitió decir que Madame Bovary era él, entonces diré que Camus soy yo. Salvando todas las distancias, las que hay entre un cocodrilo y un lagarto, ambos compartimos la necesidad de huir de la soledad cósmica que sentimos cuando niños. Ser el niño listo en un medio paupérrimo te deja en tierra de nadie, rechazado por los de tu origen porque poco tienes que ver con ellos y por los de destino, que no dejan de verte como un intruso en su universo vallado. Con tal de no volver a sentir esa horrible sensación de desamparo, Camus fue acumulando libros, amantes, premios y compromisos, todo ello para hacer méritos ante el niño huérfano y pobre que fue. Es una lucha tan necesaria como inútil, porque ese niño que fuiste no te abandona nunca, y basta un golpe seco de la vida para que regresen todos los miedos que creías superados y esa insoportable sensación de impotencia. Yo cambiaría todos mis títulos, todos mis libros, todos mis premios, por un ápice de la paz, el coraje y el sentido del humor con que ella se enfrenta a la vieja puta que nos acosa.
4 Comments:
"Hay un instante que todo lo puede, que salta los días y vive presente en el cielo dorado de nuestra memoria".
(Jose Hierro)
Intentaba comentar el post sobre el olvido. Como no encontraba los comentarios, lo dejo en este.
Ánimo
El otro día leí un hermoso poema tuyo. Es sorprendente la cantidad de fases que hay en una vida, los encuentros y desencuentros, los abrazos y los olvidos, la fluctuación entre el amor y la muerte. Pienso ahora en los versos que hallaron en un bolsillo de la chaqueta de Machado, en Collioure: "Estos días azules y este sol de la infancia". Los poetas tenéis en don de expresar lo inefable, de poner música a las íntimas vibraciones. Muchas gracias.
Machado recordaria sin lugar a dudas los dias soleados de su infancia en Sevilla. Y es mucha la gente que le recuerda, así que nadie nunca jamás serà olvido.
Nunca el presente es el ahora. Sin pasado no somos nadie.
Ni sin futuro.
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