Malgré tout
A. me anima a que ponga por escrito mis emociones, aunque sea en un diario privado. Ella no sabe que ya lo hago, en este blog clandestino que abandoné en todo su esplendor y que he recuperado secretamente. Hasta donde yo sé, solo tres personas entran de vez en cuando en él. Es este un periodo terrible. Cuando parece que nada puede ir peor, los médicos se encargan de desmentirlo. Es un descenso interminable a los infiernos. Esta mañana, al ir a comprar en la farmacia unos tapones para ella, el farmacéutico, un hombre jovial y bromista, ha comenzado a hacer bromas sobre si los tapones eran para llevar o para quitar. Luego me ha preguntado para quién eran. Cuando se lo he dicho, me ha preguntado si era porque yo roncaba. De pronto me he vuelto a romper. Sé que dice poco de mí que me haya puesto a llorar en una farmacia. El hombre ha abandonado su fortaleza y ha salido a hablar conmigo. Le he explicado lo que pasaba. Toma, me ha dicho al acabar, llévate estos, son los mejores, te los regalo. He musitado entre dientes las gracias y me he ido. Debe haber sido muy incómodo para todos los presentes, pero no he podido evitarlo. Hasta que alcance las mil entradas, seguiré escribiendo contra viento y marea en este blog. Escribo para recordar en el futuro, si es que hay un futuro. Y para que mis hijas, y mis nietos si los hubiere, lo lean algún día. Confío en que antes de alcanzar esas mil entradas, haya visto la luz la novela, Trío irlandés. En un mundo de sombras, habrá al menos una sonrisa provocadora. Tengo ya la dedicatoria: a Cebe y Bauti, mis compañeros de viaje; a Lola, mi compañera de vida. Malgré tout.
2 Comments:
Hola, Juan. Resulta difícil dejarte un comentario. Es como irrumpir en un espacio íntimo y personal inquebrantable, pero si que me gustaria animarte a seguir con este ejercicio de escritura introspectiva. El diario siempre ha sido una importante arma para infinidad de escritores (Tolstoi, Virginia Woolf, Pessoa... ) Espero que lo sea también para ti y que te ayude a sobrellevar un poco este trance. Muchos ánimos.
Joana, no te entrometes en absoluto. Agradezco cada palabra amiga, porque me sirve para detener durante un momento el delirio infernal en que caes. Nunca imaginé que se pudiera sufrir tanto. UNo vuelve a sentir la indefensión del niño ante los monstruos. Cuando ocurre algo así, comprendes, aunque tarde, la diferencia entre lo importante y lo accesorio. Escribe cuando te apetezca. Un abrazo.
Publicar un comentario
<< Home