Blog de Juan Fernández

De todo un poco, como en botica. Apuntes medioseculares, donde, por hablar, se habla hasta del gobierno. Este blog cuenta con la bendición de los siguientes santos: San Woody, San Humphrey, San Frank McCourt, Santa Almudena, Grande de España, patrona de los canadienses, y Santa Dorothy Parker. Borrachos y borrachas de sombra negra, abstenerse.

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viernes, enero 06, 2012

Leyendo a Marilyn

El Ulises de Joyce viene a ser el Everest de la literatura. Es fácil sucumbir bajo un alud de juegos de palabras, caer en un abismo de retórica, morir por falta de signos de puntuación o perderte en cualquier laberinto culturalista. Hay demasiado énfasis en la actitud de Marilyn y es demasiado casual que haya sido sorprendida justo en el final de la novela como para que sea verosímil la posibilidad de que fuese una de las alpinistas privilegiadas que lograse hacer cima en el monólogo de Molly Bloom, pese a la más que probable ayuda del sherpa Arthur Miller. Lástima que muriera sin saber que ella sola valía más que Miller, la pareja de Kennedy y Joyce juntos.

5 Comments:

Anonymous EL TELER said...

Això és el que s'anomena una lectura a conciència, no la de Marilyn; la teua és clar. Minimalista i al detall.

23:08  
Anonymous Anónimo said...

Es lo que tiene ser guapa y teñirse el pelo, que siempre te cuestionan tu inteligencia. Demasiadas rubias en el candelabro y escasas las bestias.
¿Juan tu eres moreno
natural?

01:59  
Blogger Juan Fernández Sánchez said...

Nunca he cuestionado su inteligencia. Y soy canoso natural.

10:15  
Blogger Mares said...

Cierto.
No es su inteligencia lo que se cuestiona sino su capacidad de abstracción para llegar al final del Ulises sin agujetas mentales. Pero ella era Marilyn capaz de tener idiotizado a medio mundo con su contornear de caderas, de enamorarle.


¿Canoso con o sin entradas?

11:28  
Blogger Juan Fernández Sánchez said...

Algunas entradas y pocas salidas, me temo, Mares.

14:25  

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