Drive
Como un partido de fútbol, esta película tiene dos partes claramente diferenciadas. En la primera, un portentoso Ryan Gossling compone un personaje sin pasado, del que por no saber, no sabemos (ni sabremos a lo largo del filme) ni siquiera su nombre. Con una admirable economía gestual, expresando una subyacente atonía social, una falta absoluta de arraigo, nos muestra a la perfección la orfandad sentimental a la que nos abocan unas ciudades, como Los Ángeles, en la que las dimensiones geométricas exceden con creces los límites humanos y el neón le ha arrebatado al sol su cetro luminoso. En la segunda, el director danés, Nicolas Winding, se entrega a una complacencia visceral, a secuencias gore donde la sangre corre a raudales, en vez de recurrir a elipsis u otras técnicas menos explícitas, como mostrar el rostro de las víctimas, mucho más elocuentes precisamente por su capacidad evocadora y sugestiva. Cae además en un barroquismo que enreda innecesariamente el hilo argumental y en alguna flagrante contradicción, como mostrar al protagonista paseando por la ciudad con su llamativa cazadora manchada de sangre cuando su máximo afán, aunque solo fuera por un instinto de supervivencia, habría de ser el refugio en la anonimia y en pasar de puntillas en un medio infestado de escorpiones. Magistrales, eso sí, la banda musical y la interpretación de varios secundarios, como el laureado Albert Brooks, la frenética primera secuencia y ese elaborado final solo comprensible gracias a que con anterioridad había recurrido a la anticipación, al flash forward, y nos permite deducir que, en este caso, el orden de los factores sí altera el producto.
PD.- A mi anónimo parisino le encantará saber que sí, que de nuevo Manuel Vicent estaba allí, dos filas más adelante (siempre se reserva una butaca junto al pasillo).
PD.- A mi anónimo parisino le encantará saber que sí, que de nuevo Manuel Vicent estaba allí, dos filas más adelante (siempre se reserva una butaca junto al pasillo).
2 Comments:
Me pareció un argumento de tebeo: gratuito, tontorrón y típico para gustar a adolescentes del Medio Oeste. Por muchos premios que le hayan dado. El protagonista es un personaje plano. No es que sea inexpresivo, es que es un caracartón, un marmolillo. Eso sí, el ojo para los personajes femeninos es de descubrirse: Carey Mulligan, guapísima, subyugante ya desde 'Una educación'. Y luego el breve papel de la pelirroja de 'Mad Men' Christina Hendricks de turbulenta belleza y espectaculares medidas.
Pta: Hablando de sexo, entre Vicent y tú hay algo más que coincidencia y admiración personal.
Admiración por mi parte. Él debe de pensar que yo soy de la Secreta. Juan
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