Pierre Bourdieu
La buena fotografía, como la buena literatura, pasa por un trabajo de campo. Desconfío de los artistas de salón y respeto profundamente a quienes se manchan las botas por trabajar sobre el terreno. Bourdieu pertenece a esta última categoría. Durante años ha vivido en Argelia, se ha mimetizado con el paisaje, ha aprendido los arcanos de la sociedad, esos que no salen en Google, y ha disparado su cámara para mostrarnos la pobreza, la desolación, la rutina, el esperpento, la anonimia. Llama la atención en esta muestra la omnipresencia del ocio, de personas cuyo pasatiempo consiste en sentarse en un café, mirar un escaparate, pasear por un bulevar. Gentes sin oficio ni beneficio, mujeres de rostros ocultos, tipos con turbante, niños sin respuestas. En esta instantánea, sin ir más lejos, podemos ver tres figuras intercambiables cuyo único dato diferenciador son unos zapatos con tacón de aguja de la figura situada al fondo de la escena. La uniformidad como objetivo, la mujer como florero, el color proscrito.
2 Comments:
Imagino que como buen sociólogo su cámara se centraría más en objetivos que denunciaran situaciones de denuncia social que en la búsqueda de la belleza o del arte por el arte.
No he tenido el placer de visitar ninguna de sus exposiciones, pero por la foto y tu post me hago una idea del tipo de fotografía que practicaba.
Gracias por ofrecernos tu punto de vista, resulta muy interesante poder deducir las distintas posibilidades que el campo de la fotografía nos ofrece y su amplio alcance.
Un placer leerte.
... y la promesa de que, bajo los ropajes, está la carne.
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