Paseo sabatino
Los amigos se despiden, cada cual a su quehacer, un viaje, una comida, una cita, y me descubro solo en el centro. Decido concederme unas horas a solas, paseo por el Prado, entro en el Jardín Botánico y allí me siento a la sombra de un madroño (sé que lo era, lo bueno del Botánico es que hay carteles junto a los árboles) en una plazoleta solitaria donde solo se escucha el rumor de una fuente y comienzo a leer un libro recién comprado, Jo confesso, de Jaume Cabré, en catalán, claro, hay que amortizar los dos años de noviazgo con una barcelonesa, me gusta el comienzo, Fins ahir a la nit, caminant pels carrers molls de Vallcarca, no vaig comprendre que néixer en aquella familia havia estat un error imperdonable, luego aprovecho para visitar una exposición de fotos sobre los efectos del crecimiento económico, y vuelvo atravesando el Retiro. No hace falta demasiado para ser feliz: un sol otoñal, un madroño, un libro, una foto, una fuente. Y unos zapatos cómodos, claro.
9 Comments:
Molt bona tria. Et recomane la lectura de la crítica que en fa Ister a la Vilaweb.
Ves amb compte, el protagonista no et contagie la seua malaltia.
"...De sobte havia entès que sempre havia estat sol, que mai no havia pogut comptar amb els pares ni amb un Déu a qui encarregar la cerca de solucions malgrat que, a mesura que creixia, m'hagués avesat a delegaar en creences imprecises, i en lectures ben diverses, el pes del pensament i la reaponsabilitat dels meus actes."
També jo l'estic llegint i crec que l'acabaré en un tres i no res. Més que la prosa, em captiva l'argument.
Però aquest no el ressenye, que si ho fas tu, la competència és massa gran :)
Bon diumenge
Enhorabuena por haber encontrado la fórmula...
Lectora, agradable coincidencia.
Princesa, todas las felicidades son efímeras. De ahí su valor. Juan
Cierto, aunque lo malo es no poder revivirlas de nuevo... Volver atrás, a ese preciso instante en el que se es consciente de lo sublime del momento y parar ahí los relojes...
Itziar, quizás nos demos cuenta de esos momentos por comparación con otros no tan sublimes.
Yo creo que las felicidades no son efímeras si permanecen en nuestro recuerdo.
El oso bajo el madroño...leyendo.
Seguramente habría sido un buen punto de encuentro.
Poco conocidos los madroños, a pesar de tenerlos tan cerca, sus embriagantes azúcares se nos resisten a endulzarnos con su frutos otoñales.
De cuando en cuando es bueno emborracharse de paseos virtuales por los jardines del blog y experimentar los saludables efectos del oso bajo la sombra del madroño.
¿Hiciste tu esa foto?
Preciso tiempo necesito ese tiempo
que otros dejan abandonado
porque les sobra o ya no saben
que hacer con él
tiempo
en blanco
en rojo
en verde
hasta en castaño oscuro
no me importa el color
cándido tiempo
que yo no puedo abrir
y cerrar
como una puerta
tiempo para mirar un árbol un farol
para andar por el filo del descanso
para pensar qué bien hoy es invierno
para morir un poco
y nacer enseguida
y para darme cuenta
y para darme cuerda
preciso tiempo el necesario para
chapotear unas horas en la vida
y para investigar por qué estoy triste
y acostumbrarme a mi esqueleto antiguo
tiempo para esconderme
en el canto de un gallo
y para reaparecer
en un relincho
y para estar al día
para estar a la noche
tiempo sin recato y sin reloj
vale decir preciso
o sea necesito
digamos me hace falta
tiempo sin tiempo.
(Benedetti)
Grande Benedetti, Penélope.
Cuidado con las borracheras virtuales, Mares.
Princesa, estos son tiempos de amnesia colectiva.
Un abrazo a las tres.
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