Blog de Juan Fernández

De todo un poco, como en botica. Apuntes medioseculares, donde, por hablar, se habla hasta del gobierno. Este blog cuenta con la bendición de los siguientes santos: San Woody, San Humphrey, San Frank McCourt, Santa Almudena, Grande de España, patrona de los canadienses, y Santa Dorothy Parker. Borrachos y borrachas de sombra negra, abstenerse.

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martes, noviembre 22, 2011

Es sabido que Polanski rodó esta película, adaptación de una obra de teatro de Yasmina Reza, en unas circunstancias sumamente complicadas, tras la orden de confinamiento en su hogar suizo. Este director, un auténtico superviviente, lleva consigo un halo de malditismo, con algunos episodios escabrosos en su biografía que hacen las delicias de un sector del público abonado al vampirismo moral, pero a un artista hay que juzgarlo, obviamente, por su obra, con independencia de que sea un cabrón o, como algún afamado escritor español, simplemente un gilipollas. La película, pese a estar rodada entre cuatro paredes, no recuerda ni por asomo a otras obras cinematográficas viciadas por un aire claustrofóbico. Polanski echa mano de oficio para que, mediante algún subterfugio que no estaba en la obra original, el escenario se expanda y dé un respiro al atribulado espectador. En cuanto a los cuatro protagonistas, Kate Winslet, Christoph Waltz, Jodie Foster y John C. Reilly, que dan vida a dos parejas de clase media, me parece que salen vivos de un ejercicio puntillista, con numerosos primeros planos, casi tan desnudos como un actor sobre las tablas. En estas condiciones, más que nunca, la expresión corporal ha de ser si cabe más elocuente que el propio discurso, y dentro de este, cualquier inflexión desmedida, una palabra demasiado enfática, puede dar al traste con el trabajo coral. Desde luego, hay que admitir que la película descansa sobre un sólido soporte, un guion rico en réplicas y contrarréplicas brillantes y capaz de mudar la perspectiva de una forma imperceptible, con la misma eficacia elegante con la que un sastre hilvana un traje a la medida del cliente. Y como el público es también en su inmensa mayoría de la misma clase media reflejada en la pantalla (por cierto, por allí andaba la mismísima ministra de Economía, Elena Salgado, tomándose un respiro de la prima de riesgo), no tarda mucho en reconocer el lenguaje de doble moral, la fragilidad de los buenos modales, lo sumamente fácil que es despojarse de las máscaras y mostrar al hijoputa que, aunque a diferentes cotas, casi todos llevamos dentro.

8 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Estaría la ministra y su prima de Riesgo, pero yo me pregunto: ¿Estaba Vicent?

17:56  
Anonymous Joana said...

No he tingut el plaer d'anar a veure-la, però si vaig veure fa dos o quasi tres anys la representació teatral al Olimpia i vaig gaudir molt de l'espectacle. Passar del pur convencialisme formal a l'home de les cavernes que tots portem dins és quelcom que tots hem experimentat en més d'una ocasió, però mai ens en adonem del que estem fent quan perdem els papers. Contemplar-ho a l'escenari o a la pantalla suposa reconèixer les pròpies situacions viscudes i alliberar-les mitjançant la mmilor de les catarsis: arribaar a riure't de tu mateix.
Me l'apunte, més que res per comparar la representació teatral i la versió cinematogràfica.
Com sempre, fantàstica ressenya.
Gràcies.
Demà posaré la I al meu blog i...???

18:25  
Blogger Mares said...

Eso mismo se estará preguntando Vicent, ¿en qué estreno se habrá metido Juan?

A mí francamente no me apetece ver nada de ese pervertido por mucho que la película sea una obra de arte, si quiere enriquecerse con el cine habrá de ser a costa de otras primas.

18:29  
Anonymous Anónimo said...

A Anónimo: no, Vicent anda por otras latitudes.
A Joana, yo también la vi en teatro. No son comparables.
A Mares: si eliminamos las obras de arte de los hijos de puta, nos quedamos sin un porcentaje muy elevado de arte. Y no digamos ya con los políticos. Juan

20:48  
Anonymous Anónimo said...

Entiendo que además de una crisis descomunal económica estamos viviendo y sufriendo una gran crisis moral y de valores en la familia, en la educación, pero no creo que sea Polanski el más indicado para concienciarnos y darnos lecciones de moral.
No me parece una obra de arte esta película como tampoco me lo parece la disección anatómica que practicaba Jack el destripador a sus víctimas por muy original y novedosa que pareciera.
De políticos habría que meditar quién es necesario y quiénes no.

mares

21:25  
Anonymous Anónimo said...

Oye, voy a encargar un libro a 'Printcolor', además a todo ídem. A lo que voy, no me parece mal juzgar a un autor por lo que hace en la vida civil, al contrario de lo que hacen muchos que separan como si fuera una muralla china su vida creativa con las tonterías que hace a diario. Dicho esto, sostengo que los crímenes cometidos hace 32 años (o más) no pueden juzgar permanentemente a nadie. Solo se puede linchar a alguien una vez. Si no se hizo hace 32 años, ¿qué quieren que les diga? Anónimo-Anónimo (y no esos que firman igual)

13:46  
Blogger Juan Fernández Sánchez said...

Confieso que Polanski no es un tipo con el que me iría a tomar cañas (hipótesis no verificable, por lo demás), pero con independencia de ello, coincido con A/A que no puede juzgarse continuamente a un tipo por algo que ocurrió hace una eternidad.

16:05  
Blogger Mares said...

¿Juzgado contínuamente? ya se encarga él y sus abogados de que no les llegue la sentencia , que mira para eso sí que ha sido un artista.
En fín,aquí zanjo el tema.

17:05  

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