Midnight In Paris
En el supuesto de que alguna vez se haya ido, digamos que Woody, el mejor Woody, ha vuelto. Un excepcional Owen Wilson en el papel de alter ego del habitual deliciosamente perdido, neurasténico e indeciso que solía protagonizar el propio Allen, con algunos secundarios soberbios, como Kathy Bates o Corey Stoll, con las características notas de jazz salpimentado la trama, una fotografía diamantina y el humor zumbón, con ribetes culturalistas, al que nos tiene acostumbrado el director neoyorquino, conforman una película entrañable y sumamente divertida. Y eso que, todo hay que decirlo, los ingredientes del menú no hacían presagiar nada bueno: viajes en el tiempo, la mismísima Carla Bruni haciendo las veces de guía turística, un París de postal, Hemingway, Belmonte, Dalí, Picasso, Scott Fitzgerald y hasta una impagable Gertrude Stein en apariciones fantasmales..., como para echarse a temblar. Y precisamente ahí es donde surge la mano diestra del sabio, dándole un toque guiñolesco, combinando el distanciamiento brechtiano y la farsa valleinclanesca, atrapando al espectador e introduciéndolo en un túnel donde el tiempo actúa como el espacio, con el don de lo reversible, invitándolo a un viaje de ida y vuelta, a un lado y otro del espejo, al son de las campanadas de medianoche. Ya sé que Woody Allen, como todo genio que se precie, cuenta con detractores irredentos, pero bueno sería que por una vez le concediesen el beneficio de la duda y descubran que la clave de la felicidad radica en encontrar un alma gemela a quien le guste pasear bajo la lluvia de París, que bien vale un catarro.
5 Comments:
Los catarros compartidos aunque sean por intercambio atmosférico también tienen su momento de felicidad febril. Pero las cosas como son : "A rose is a rose is a rose" y Paris bien vale una provisión extra de Kleenex.
Iremos en romeria a rezarle a San Woody para que nos conceda el don de la felicidad también en Madrid.
Así sea. Todo por Woody, como reza en el frontispicio de los cuarteles de la Benemérita. Juan
Dicen que rezar da mala suerte.
Per si de cas, creue els dits!!! no l'he vist així que faig mutis pel forro i ja opinaré en veure-la!!!
Nanit!!!
Esta es de las películas más redondas de Woody Allen: planteamiento, nudo y desenlace. Todo bien resuelto, nada de pretenciosidad, una joya. París está magníficamente fotografiada. El ayuntamiento le va a dedicar una calle, seguro. A mí me gustó especialmente el personaje de Dalí y sus rinocerontes. Elmu
Cómo envidio a los habitantes de París, Elmu, tras ver esta película. Juan
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