Amistad
Defiende Montaigne que, a diferencia del amor, que es una sensación efímera, que se agota inexorablemente por su propio uso, que tiene los días (o los meses) contados, la amistad es un sentimiento que perdura en el tiempo y, como los buenos vinos, mejora con el paso de los años. Ignoro en qué medida acierta o yerra, y no seré yo quien minusvalore la importancia del amor, pero sí que coincido en la de la amistad. Esta tarde vamos a visitar a un amigo, E.C., uno de esos tipos íntegros que mantienen la verticalidad en pleno huracán y la cordura cuando sopla la tramontana. Es difícil encontrar a alguien, y cito a Blas de Otero, más amado por todas las desgracias: atentados, enfermedades..., el destino le ha dado a probar todas las pócimas letales, pero sé que, una vez más, cuando esta tarde nos sentemos en torno a un café, volverá a sorprendernos con su palabra lúcida y calma, y podremos comprobar que los héroes existen y visten de paisano.
8 Comments:
Tal vez cada pózima letal le sea antagonizada con el elixir de la sonrisa o de la compañia de un amigo.No hay mejor vacuna.
Enhorabuena por tener amigos merecedores de tu atención, por tu blog.
Mis amigos, como dice Serrat en su canción, son lo mejor de cada casa.
No hay amor que por cien años dure, sin embargo la amistad, la verdadera, aquella que supone un acto de generosodad y de altruismo, es la mejor de las virtudes que todos deberiamos cuidar y conservar; nos proporciona una gran tranquilidad y estabilidad emocional y nos demuestra que no estamos solos.
Que lo pases bien con los amigos.
Yo hoy en el colegio, he disfrutado con la realización de una actividad conjunta en la que nuestro mayor aliado ha sido la amistad. Sin ella probablemente, el trabajo realizado hubiera supuesto una menor satisfacción.
Brindemos pues por la amistad.
No seré yo el que hable contra la amistad, amigo. Pero cuando habla de ella Montaigne lo hace a la griega. Es decir, que lo que él llama amistad, naturalmente hacia un hombre, lo que quiere decir es amor. En sus tiempos las cosas se disfrazaban así, ¡qué le vamos a hacer!
A anónimo: discrepo.
Un hombre fue a visitar, en Cuidados Intensivos, al vecino japonés, víctima de un grave accidente automovilístico. Encontró al amigo japonés todo entubado, era tubo por aquí, tubo por allá, cables por todos lados.
Se quedó allí parado, en silencio, al lado de la cama del amigo de ojitos cerrados, sereno, reposando con todo aquello conectado a su pequeño cuerpo.
De repente, en un momento dado, el japonés con los ojos casi fuera de órbita, grita:
"¡¡¡ SAKARO AOTA NAKAMY ANYOBA, SUSHI MASHUTA!!!"
Dicho eso, suspiró y murió.
Las últimas palabras del amigo amarillo quedaron grabadas su mente.
En el último día de la novena, después de la misa por el fallecido, el tipo este se aproxima a la madre y a la viuda y abrazándolas les dice:
- Doña Fumiko y doña Shakita, mi amigo, Fuyiro, segundos antes de morir, me dijo estas palabras que no consigo olvidar:
"¡¡¡ SAKARO AOTA NAKAMY ANYOBA, SUSHI MASHUTA !!!". ¿Qué quieren decir?
La madre de Fuyiro se desmaya casi al instante y la viuda lo mira asustada y el tipo insiste:
- ¿Qué quieren decir esas palabras, señora Shakita?
La viuda lo mira con rabia y le responde:
- Quieren decir exactamente:
"¡¡¡ NO PISES LA MANGUERA DEL OXÍGENO, HIJO DE PUTA !!!"
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Venga este chiste a colación de tu entrada de ayer, sobre todo después de contarnos que ha sido capaz de lidiar varias veces con la muerte me dejaste preocupada. ¿Cómo sigue hoy E.C.?
Es un superviviente nato.
Pero, ¿cómo que discrepas? Montaigne y los que escribían en Grecia sobre la superioridad de la amistad entre hombres sobre la relación con las mujeres se referían a lo que se referían. La filosofía latente no solo era ingenua y crípticamente homosexual, sino sobre todo justificadora del papel que reservaba a la mujer. De hecho, el mismo Montaigne tenía la suya, pero no escribía de ella, sino de su "amigo". Algunos lo encuentran sublime y el colmo de la sensibilidad. ¿No se puede provocar un poco en este blog?
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