Butifarra
La grosera referencia del President Torra a la butifarra y sus efectos es un claro paradigma de los tiempos chuscos que vivimos. El dirigente independentista es un clavo más en el ataúd donde yace la "finezza" política. Tras algunas décadas con un perfil tecnocrático y elitista, que ha fracasado con estrépito, se ha impuesto otro muy distinto, caracterizado por la trivialidad y la banalización, una suerte de líder que lejos de intentar moldear la conciencia social en aras del bien común, ha optado por situarse a la cabeza de la jauría. El clown ha sustituido al graduado. Hoy más que nunca es imprescindible el regreso de líderes con el suficiente coraje para resistir la tendencia al fácil exabrupto, al eructo y al eslogan simplista. Alguien que como Ortega hace unas décadas tenga el valor de decir : no es eso, no es eso. Y de renunciar al grito para recuperar la palabra.
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