El juego del matrimonio
Con un título de infame traducción (el título original es Married life), esta película de tono vocacionalmente menor, casi de drama intimista, nos plantea un peliguado dilema, ¿conocimiento o felicidad?, esto es, ¿puede el exceso de información sobre, en este caso, nuestra pareja, truncar una aceptable relación? Obviamente, la pregunta es ampliable a nuestros mejores amigos. Sobre semejante presupuesto, Ira Sacks, con Patricia Clarkson, Pierce Brosnan, Chris Cooper y Kay Nesbitt en los papeles estelares, monta una trama en la que a menudo el espectador no sabe si estremecerse o sonreír, tal es la calculada ambigüedad de que hace gala. Lo cierto es que nos recuerda a la atmósfera de algunos filmes hitchcockianos, en los que la pirueta del bufón suspendía el ánimo de los presentes cuando se mascaba la tragedia o aparecía el verdugo, hacha en ristre, cuando una plácida sonrisa se dibujaba en nuestro rostro. Formidable Brosnan, en su papel de galán amoral cayendo en las redes de la inocente Nesbitt, e igualmente formidable Patricia Clarkson, con su ronca y sugestiva voz, que ya nos impactó en Buenas noches y buena suerte. De tarde en tarde son necesarias películas así, en absoluto grandilocuentes, de vuelo raso, que nunca ganarán ningún Oscar ni falta que les hace.
2 Comments:
¿Sería mejor título vida de casados o... casados sin vida?
Es difícil traducirlo respetando la implícita ironía del título.
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