Expiación
Comenzaré por el final: los últimos siete minutos, con una colosal Vanessa Redgrave en la pantalla, justifican con creces el precio de la entrada por esta película, Expiación. No es que James McAvoy y Keira Knightley no sean dignos de alabanza, ni la estupenda fotografía, con su sagaz adecuación de tonos para cada una de las tres partes de la historia, ni la acompasada banda musical, o que el propio Joe Wright, guionista y director, no haya hilado fino para condensar las 130.000 palabras de la novela de McEwan en las 20.000 del guión, pero es que lo que hace la Redgrave en la deslumbrante vuelta de tuerca final, es de auténtico chapó. Por lo demás, en mi opinión la película tiene un arranque portentoso, declina en su tramo bélico y vuelve a remontar el vuelo, y de qué manera, en el último canto del cisne. La historia trata del sentimiento de culpa, del peaje por los prejuicios, de la pasmosa facilidad con que se abortan las hermosas historias de amor. Del precio que pagamos, en definitiva, por haber girado a la derecha cuando nuestro corazón nos marcaba claramente el camino opuesto; el más escarpado, sí, pero el único que merecía realmente la pena.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home