Casa Mari Luz, Mouruso
La descubriste tú, ¿recuerdas? Dijiste: vamos a subir por esa carretera. Luego se convirtió en nuestro rincón favorito. Tantas las veces. Las sidras con Mari Luz, Tino, Mariano y Bora, los paseos por el bosque encantado, las rutas, aquella cocina de leña, las conversaciones con la abuela y con Azucena, los paseos en tractor de nuestras hijas, cuando pequeñas. Dos meses ya, amor. Sigue la incredulidad. Duele tanto tu ausencia...
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