Bodas
Las bodas cumplen todos los requisitos para que me sienta especialmente incómodo: la demanda ritual del que se besen, que se besen, en medio de risas de parvulario, el numerito del arroz, la escena del sobre, la mesa petitoria, esa felicidad de almanaque... Y, sin embargo, me descubro feliz charlando con familiares y conocidos a los que hacía años que no veía, hablando de salud, interesándome por sus padres e hijos, por alguna quiebra financiera. Entre esto, y mi reciente amistad con algún sacerdote, no puedo evitar la pregunta: ¿qué me pasa, doctor?
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