Quemar después de leer
Confieso, de entrada, mi admiración por los hermanos Coen. No es para menos. Los autores de películas memorables como Muerte entre las flores, No es país para viejos, Fargo y O brother! merecen, a diferencia de las entidades bancarias, un generoso crédito. Eppur..., y sin embargo, en esta su última película, Quemar después de leer, hay que admitir que no están a la altura de las expectativas, no tanto por la idea inicial, que en sí misma no está mal, una comedia de enredo adobada con algunos momentos trágicos, la práctica del mestizaje de géneros que parece haberse convertido en la seña de identidad del arte actual, sino por una sintaxis con algunos sintagmas subrayados en exceso, como si no se fiasen de la inteligencia del espectador y quisieran remarcar, con trazos expresionistas, las fronteras entre lo cómico y lo trágico, lo burdo y la alta filosofía. Produce alguna pena ver a actores de la talla de George Clooney, Frances McDormand o John Malkovich en absurdas sobreactuaciones, con algún momento claramente patético. De directores así, uno espera algo más que una trama enrevesada que en ocasiones pone a prueba la paciencia del espectador, sobre todo cuando lo finalizan con una última escena que recuerda a las moralejas del conde Lucanor. Ya sabíamos que no nos podíamos fiar de los servicios secretos, pero para ese viaje no hacía falta mandar a galeras a media docena de buenos actores. Otra vez será.
1 Comments:
Almenys vam poder gaudir de la presència de George Clooney.
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