De lo insólito
Ha vuelto a ocurrir. He entrado en la librería Muga e Igor ha vuelto a regalarme un libro, Estambul, de Orhan Pamuk. Acostumbrado como estoy a que sólo me regalen el perejil, y no siempre, no puedo evitar que gestos así me emocionen. La verdad es que ha sido una tarde insólita, porque además me ha dado tiempo para hablar de literatura mientras hacía cola en la frutería y de fútbol con los carniceros. Por si fuera poco, mañana mi buen amigo Gabriel celebra su particular aniversario. Que siga la racha y gracias a Igor, que, por cierto, se nos va de la ciudad hacia los mares del sur. Buen otoño y buena suerte, amigo.
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