Salsa
Un último cable, capote, y me voy, profe, no quiero robarte protagonismo, pero déjame que cuente, hombre, aquella vez en la que ibas conduciendo cerca del instituto en que trabajabas, en la sierra norteña, y de pronto seis tipos, alumnos tuyos, que surgen de la nada y se introducen de sopetón en el coche, profe, te dicen, llévanos hasta la esquina del insti, estaban en pleno ejercicio de Educación Física, los más golfos, Pepe, el Mini, Sow, tu gente, vamos, y por una vez en su vida fueron los primeros en llegar a la meta, pero no contaron con la suspicacia del profesor de la materia, quien no tardó en descubrir la jugarreta, y lejos de reírse, el tío, que se pasaba la vida hablando de asertividad, mediación y diálogo, les echa la bronca, se mosquea, el payo, contigo, no entiende la broma, y les amenaza con un suspenso, qué falta de sentido del humor, ¿no te parece?, el humor es lo único que puede ya no salvarnos, que aquí no se salva ni dios, pero sí amenizar el largo viaje a ninguna parte, y ahora sigue ya tú, ya he cumplido mi función, pero no seas tan trascendente, de un escritor se espera que haga honor a la descripción que hace poco leía sobre los artistas: son psicóticos, neuróticos, egocéntricos, volubles y no tienen pudor alguno en mostrar sus miserias, en enseñar el mapa de su laberinto, en construir castillos en el aire con el detritus de su existencia.
2 Comments:
Sin duda el sentido del humor es nuestro mejor aliado en este largo viaje, en el que todos nos embarcamos. Ahora bien, este viaje nos conduce a algún lugar, seguro. No exixten los viajes a ninguna parte, te lo aseguro. no creo en los viajes de nunca jamás.
Nos gusta tu trascendencia. No esperamos más de lo que nos ofreces, nos encanta.
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