That's all, folks

Esas eran las palabras con las que se despedía el Pájaro Loco en los dibujos animados de mi infancia. Me sirven para cerrar este blog, que cumple ahora un año. Nació con vocación de registrar los avatares confesables durante el mismo y, pese a las observaciones de brillantes pensadores que van de victoria en victoria hasta la derrota final, voy a respetar mi propósito inicial. Fue Ángel González, el poeta, quien escribió que para morir un año es preciso morir muchas veces mucho. Es verdad, pero una verdad a medias. Sospecho que González, como casi todos los poetas y tanta gente corriente, sufre de una cierta necrofilia, de un amor enfermizo y funesto por la cara oculta de la luna. Tal vez eso explique que a ni un solo poeta se le haya ocurrido dedicarle un maldito soneto al oxígeno o al carbono, fuente de vida. También podía haber dicho que para vivir un año es preciso vivir muchas veces mucho. Si releo este blog dentro de un tiempo, en plena decrepitud, deberé recordar que este fue el año en que la Real bajó a Segunda, me publicaron mi primer libro, acabé mi estancia en Torrelaguna, jugué al tenis todos los martes con Ceberio y Francisco, compartí coche con Enma, Beatriz y Gabriel, hice un curso de natación con Laura, acabé El canadiense, conocí personalmente a Lu, veraneé en París y Bretaña, conocí Cádiz, tuve la oportunidad de irme a Texas (el tiempo dirá si la aproveché o no) y fui feliz y desgraciado a mi manera. Lo demás es silencio. That's all, folks. Eso es todo, amigos.