Número 1000
Confieso que hoy ha sido un día especialmente difícil. Ha bastado que una especialista en envenenar la atmósfera laboral haya vuelto a actuar para desencadenar una serie de despropósitos, que prudentemente omito. Pero incluso en días así ocurren anécdotas gratificantes. Este blog, cuya vida prorrogo hasta que aparezca La sonrisa de Buster Keaton, ha recibido hoy su visitante número 1000. Quienquiera que sea, mi amor eterno.
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