Fidelidad
A cierto conocido, con fama de una fidelidad a su mujer a prueba de bombas (la fidelidad, no la mujer), le preguntaron en una ocasión, cuando llevábamos alguna caña de más, cuál era el secreto. Entonces él, tras respetar el silencio dramático de estas ocasiones, dijo: Muy fácil, yo siempre me enamoro de la más joven y apetecible, y claro, ella no me hace ni puto caso. No sé quién pagó la ronda siguiente.
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