Hombrear
Me temo que eso es lo que hemos hecho esta tarde Cebe y yo, con Francisco de privilegiado testigo. Dado que no hemos podido jugar al tenis por la incompetencia municipal, decidimos dar un largo paseo por un parque cercano. No sé si como efecto del calor o de lo avanzado del curso, nos embarcamos en una disputa apasionada sobre quién, empleándonos a fondo, es mejor jugando al tenis. El caso es que, dolidos el uno con el otro por no reconocer nuestra innegable supeioridad, concluimos el rifirrafe apostándonos una cena, con Francisco incluido para pagarle su función arbitral. Eso sí, en un italiano.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home