sábado, julio 11, 2020

Hermano Celedonio


Mi admirado escritor Robert Louis Stevenson era conocido en Samoa, la isla donde vivió sus últimos cuatro años, como Tusitala, el contador de historias. Rodeado por nativos, amenizaba las veladas insulares con su destreza narradora. Yo también tuve mi particular Tusitala cuando muy niño, a la temprana edad de los cuatro o cinco años: Hermano Celedonio. Entre mis primeros recuerdos está el de una recua de niños, sentados en la calle (apenas había coches por entonces) en torno a él, ensimismados ante sus historias. He tenido que contrastar el recuerdo con mis hermanos mayores, no fuese a ser un desvarío senil, y para mi tranquilidad, me lo han confirmado. Es probable que mis posteriores afanes literarios, mi pasión por la literatura, como lector y como escritor, arranque precisamente ahí, en aquellas narraciones de mi tío abuelo Celedonio, a quien nunca le agradeceré lo suficiente haberme inculcado la querencia por la fantasía y la imaginación.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario