El problema no es que en Madrid haya ganado la derecha. La alternancia en el poder es, además de legítima, muy saludable, para evitar la endogamia, la corrupción y el solipsismo. El problema es que ha ganado una derecha dispuesta a vender su alma al diablo con tal de lograr el poder. Por su parte, la izquierda deberá hacer algo más que lamerse las heridas y recurrir al manido “y tú más”. La desunión interna, el choque de egos y la incapacidad para ilusionar han sido claves. Juan Fernández Sánchez. Madrid