Felipe
Aprovechando que hoy, al parecer, JC no ha ganado ningún premio (hace ya la friolera de tres días desde el último, debe de andar en horas bajas), hablaremos de Felipe, el encargado de la cafetería en el instituto. Él no lo sabe, pero es un iconoclasta. No de otro modo cabe llamar a quien se niega por sistema a cobrarme los cafés, y me obliga a enzarzarme en batallas extenuantes para conseguirlo. Déjalo, Juan, te invito al café. Y yo busco cobijo en Maruja, su mujer, para ver si entre ambos conseguimos que me acepte el euro pertinente. Acostumbrado a los reiterados desfalcos de los bancos, los seguros, los talleres de coches y la Semana Fantástica de El Corte Inglés, en un mundo en el que abundan las almas de contable, lo de Felipe no deja de ser una auténtica bizarría. Quédate con el cambio, le digo, rumboso, mientras salgo por pies, no vaya a ser que me devuelva el importe.
1 Comments:
Si os cansais de la lucha por el pago del café, una de las opciones sería encontrar la hucha o bote de las propinas, para que la consumición, al menos, quedase pagada.
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