De todo un poco, como en botica. Apuntes medioseculares, donde, por hablar, se habla hasta del gobierno. Este blog cuenta con la bendición de los siguientes santos: San Woody, San Humphrey, San Frank McCourt, Santa Almudena, Grande de España, patrona de los canadienses, y Santa Dorothy Parker. Borrachos y borrachas de sombra negra, abstenerse.
lunes, julio 27, 2020
Incredulidad
Sentado aquí, en un rincón apartado de El Retiro, a media mañana, viendo el plácido paseo de ociosos ciudadanos y escuchando el múltiple canto de las aves, cuesta tanto creer en la fatalidad de los acontecimientos...
Volvamos a la belleza de Machado, desde ese lugar del Retiro, donde quiera que estés en este momento sentado... Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Su vida, su obra, no dejó indiferente a nadie, la tuya y la de ella estoy segura de que tampoco. La palabra fatalidad no me gusta demasiado, es demasiado tremenda casi irreversible y los acontecimientos a veces dan un cambio de guión. Hay que aceptar las cartas que nos vienen dadas en cada juego y con ellas conseguir que el resultado sea el mejor posible. Un abrazo
ResponderEliminarVolvamos a la belleza de Machado, desde ese lugar del Retiro, donde quiera que estés en este momento sentado...
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Su vida, su obra, no dejó indiferente a nadie, la tuya y la de ella estoy segura de que tampoco.
La palabra fatalidad no me gusta demasiado, es demasiado tremenda casi irreversible y los acontecimientos a veces dan un cambio de guión.
Hay que aceptar las cartas que nos vienen dadas en cada juego y con ellas conseguir que el resultado sea el mejor posible.
Un abrazo
Es como oponerse a la ley de la gravedad.
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