Blog de Juan Fernández

De todo un poco, como en botica. Apuntes medioseculares, donde, por hablar, se habla hasta del gobierno. Este blog cuenta con la bendición de los siguientes santos: San Woody, San Humphrey, San Frank McCourt, Santa Almudena, Grande de España, patrona de los canadienses, y Santa Dorothy Parker. Borrachos y borrachas de sombra negra, abstenerse.

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Lugar: Madrid, Spain

miércoles, noviembre 29, 2006

Mozart


Si alguna vez se escribe una historia de la felicidad, Mozart debe aparecer en el primer capítulo. Es incalculable el número de personas a quienes su música nos ha reconciliado con la vida. Pocos como él para alcanzar nuestros dominios abisales. La cara de mi vecina de asiento mientras la orquesta atacaba el allegro de la Sinfonía Praga era todo un poema. De felicidad, claro.

domingo, noviembre 26, 2006

Emiliano

Son tan aleatorios los factores, tan heterogéneos los materiales con que se construye una persona, que no sorprende ver lo dispar de la muestra, lo variopinto del género. Me temo que, a juzgar por las apariencias, por la mediocridad rampante, por el discurso plano y con inflación de tópicos que saturan el mercado, debemos aceptar que son escasos los ejemplares de los que uno pueda decir que esa explosiva y caprichosa amalgama de elementos genéticos y ambientales que nos determina haya dado como resultado un producto realmente excepcional. No les quepa duda alguna de que Emiliano es uno de ellos. Él es uno de esos seres que, haciendo de la discreción su seña de identidad y de la sensatez su brújula, es capaz de mantener el rumbo incluso cuando la mar se encrespa y parece que el mar va a devorar el barco con la tripulación incluida. En estos tiempos sombríos, cuando los agitadores profesionales anuncian el apocalipsis cada mañana e incitan al pillaje y la rebelión cívica durante algún paréntesis publicitario, Emiliano se adorna con la mejor de sus sonrisas, ladea indulgente la cabeza, mira con calma al tendido y suelta algún aforismo que había puesto, previsor como siempre, en remojo, o recurre a alguna sentencia de su admirado Baroja, don Pío, como gusta llamarle, o se saca de la manga un detallado dossier que demuestra, con rigor científico, que esta vez tampoco aciertan los santones radiofónicos ni los joteros de papel.
Tal vez su secreto radique en cultivar dos especies claramente a la baja, con exótica, apenas significativa, presencia en este cambalache de valores en que multinacionales, iglesias y partidos políticos (perdón por la redundancia) han convertido la sociedad: la ironía compasiva y la inteligencia generosa. Guardo en la memoria su capciosa pregunta a la ministra de Sanidad, Elena Salgado, cuando acudió a visitarle al hospital de La Paz: ¿no será usted Helena de Troya? La ministra echó mano de su catálogo de frases para salir del paso, pero sólo acertó a esconderse tras una sonrisa de estupor.
Cualquier otro en su lugar habría tirado ya la toalla, habría sacado bandera blanca en señal de derrota, habría maldecido su suerte y se hubiera entregado al destino, pero a un tipo con su entereza no se le elimina del juego así como así. No pudo hacerlo, aunque hay que admitir que a punto estuvo, una bomba asesina y fanática cuando el 11-M. Y tampoco podrá ahora este nuevo envite con que la vida ha vuelto a poner a prueba a uno de sus mejores hijos. Él, que sabe de latines y griegos, me entenderá cuando digo que es un auténtico aristócrata burgalés, un castellano viejo, un hombre, en el buen sentido de la palabra bueno. Paciencia y a barajar, amigo.
(Artículo para Distrito 19)

sábado, noviembre 25, 2006

The spy who went back to the cold


Leyendo los reportajes sobre la muerte de Alexander Litvinenko (una vez más, soberbio The Independent), uno no puede evitar asociarlo de inmediato con la novela de John Le Carré, El espía que vino del frío. Cuando Fujiyama profetizó el fin de la historia, no estaba en su día más lúcido. Y sin necesidad de decir lo obvio, que en este blog entran tipos de todas las latitudes (aunque en escasas cantidades), los políticos, incluidos nuestros progresistas gobernantes, han convertido este mundo en un burdel de la moral, mientras la sociedad, no sé si también afectada por el polonio 210, está entretenida discutiendo sobre el último ladrido de la voz de su amo.

jueves, noviembre 23, 2006

Enma

En una sociedad como la nuestra, tan devota de los envoltorios y lo estrafalario, gentes como Enma, que jamás se permiten una palabra grosera, un gesto displicente, una acción miserable, pueden pasar, lamentablemente, algo desapercibidas. Es preciso, como es nuestro caso, tener la fortuna de compartir con ella horas de transporte y trabajo, alguna esporádica cerveza, para valorarla en su justa medida. Enma es, ante todo, una persona cabal, una ciudadana que pone ejemplos a diario de lo que significa el vocablo civismo. Hoy mismo, me confesaba otra compañera: Si algún día abro un colegio, ella sería mi primer fichaje. No me extraña. Además de la estatura física, hay otra, la moral, en la que esta chica se sale. Un placer tenerla como compañera y amiga.

miércoles, noviembre 22, 2006

Ulises, según Jesús (12 años)


Ulises un día decidió hacer un viaje para escuchar el canto de las sirenas y que todos los viajeros se pusieran cera en los oídos. Su mujer Penélope estaba "tonteando" con los guardas, mientras no le viera Ulises. Cuando iban navegando Ulises oyó un pequeñísimo ruido de un canto de sirena, cada vez se oía más y Ulises dijo: ¡Vamos a darnos una vuelta!, pero como no le escuchaban porque llevaban cera en los oídos, Ulises muy nervioso y como ya no podía hacer nada decidió seguir. Mientras tanto su novia Penélope se iba a casar con uno de los guardas. Ulises cada vez lo oía más y más pero siguió, estuvo a punto de romperse los oídos (el tímpano), pero por suerte y por valiente no, al final llegó a oír el canto de la sirena pero para eso tuvo que pasar por muchas causas, encontrarse con unicornios, minotauros etc... Justo cuando Penélope se iba a casar vino Ulises y paró la boda y Penélope se casó con Ulises, y al final todo fue bien y Penélope y Ulises fueron marido y mujer. Fin

Lady B

Lady B. lo ignora, pero tiene el encanto de quienes han sobrevivido a un naufragio y aún conservan la altura de miras suficiente para seguir amando el mar. Hay en su hablar pausado, en su gesto contenido, en su voz velada, dulcemente grave, el sabor de la aristocracia, el embrujo de la nobleza decadente, la reminiscencia de un tiempo definitivamente eclipsado. Quisiera decirle, sin que me malinterpretera, que no está uno para flirtear con jóvenes vestales, que es una mujer que cotiza al alza en la Bolsa de los sentimientos. Acabará triunfando en lo que se proponga, claro, cuestión de tiempo.

lunes, noviembre 20, 2006

Cansancio

Es lo que produce el runrún del país, la sensación de que la vida se escapa mientras se polemiza sobre anécdotas, cosas intrascendentes, fútiles, vanas. Miro los rostros de la gente, el mío propio, y no hay que escudriñarlos en exceso para alcanzar a ver un poso de insatisfacción. Todos nos sentimos víctimas de ya no se sabe bien qué injusticia, qué incomprensión. Pareciera que estamos en la antesala del combate, aunque ignoremos cuál es el premio por la victoria.

jueves, noviembre 16, 2006

Lluvia

Llueve sobre Madrid. Oración impersonal gramaticalizada, compuesta por un núcleo verbal y un sintagma preposicional en función de complemento circunstancial de lugar. Y este mínimo blog vuelve a caminar hasta su muerte anunciada el 19 de febrero, primer aniversario. Lo demás es silencio.

domingo, noviembre 12, 2006

Seamos pues positivos

Dado que este blog no me da más que disgustos en los últimos tiempos (y también alguna alegría, no seamos derrotistas), más me vale hablar de algo positivo. Fin de semana en El Atazar, compartiendo el fin de semana con algunos compañeros y alumnos. Inolvidable experiencia. En medio de la oleada de informaciones catastrofistas sobre la vida en los institutos, rompo una lanza por Paloma, Sow, Samu, Alberto, Paquita, Violeta y un largo etcétera. Y les declaro inocentes.

martes, noviembre 07, 2006

Anabel

Este blog, que tiene los días contados, cuenta con un par de lectores de una fidelidad admirable. A uno de ellos, al hombre G, ya me he referido en alguna ocasión. El otro, la otra, es Anabel, mi sobrina. Hace una semana que se ha incorporado al gremio docente, y anda ella un tanto decepcionada al comprobar que la realidad no se ajusta a nuestras ilusiones. Me veo a mí mismo, a su edad, comenzando mi carrera profesional, los nervios del primer destino, el pánico a no estar a la altura de las circunstancias. Conviene que Anabel sepa, antes de que sea tarde, que uno siempre está empezando. Y que el estómago le seguirá jugando malas pasadas al comienzo de cada curso, pero ahí reside el encanto de esta denostada profesión. Tenemos al más cruel de los públicos, pero también el único que conserva la gracia de la espontaneidad. Buen curso y buena suerte, admirada Ana.

lunes, noviembre 06, 2006

Pedabobos

Si hay algo que me saca de quicio son los pedantones al paño. En la reunión con la orientadora del instituto, se nos pasa un documento con expresiones tales como "articular el diseño curricular" y "establecer relaciones fluidas con los tutorandos". Un tanto airado, pregunto: ¿Esto último no supone una apología de la pederastia? Ni el jefe de estudios ni la orientadora entienden mi pregunta. Yo tampoco entiendo el documento. O, mejor dicho: entiendo que alguien debería aprender que la distancia más corta entre dos puntos es siempre una recta. Salvo que se meta un pedagogo de por medio.

sábado, noviembre 04, 2006

Pasen y vean

http://news.independent.co.uk/world/americas/article1953683.ece

Madrid

Definitivamente, ésta es una ciudad excesiva. Tras meses de pertinaz sequía, llevamos tres días de diluvio universal. A ver si ahora los católicos van a tener que salir en procesión para que deje de llover. Y es que nunca llueve a gusto de todos, ya se sabe.

jueves, noviembre 02, 2006

Eppur si muove


Regreso del instituto cerca de las nueve. Noche lluviosa. En la radio suena "I'm missing you". Una pareja cruza lentamente el puente sobre la M-40, ajenos a la lluvia que cae copiosamente sobre sus cuerpos desprotegidos. Para mis adentros, pienso: Eppur si muove.

miércoles, noviembre 01, 2006

La fórmula del éxito

Cuando se le pregunta a mi amigo Benito cómo se las arregla para seguir con la misma mujer desde hace una eternidad, contesta: Nunca tuve suerte con mis amantes.